The Gardens on Spring Creek Community Engagement Assistant
Monarchs
For generations, the Purépecha and Mazahua peoples, two Indigenous groups native to this region, have watched the skies fill with these migrating monarchs, their wings shimmering like a flowing river of orange and gold across the Sierra Madre hills. The butterflies’ arrival has been carefully observed since pre-Hispanic times, marking a spiritual moment when nature and the human spirit move in harmony.
According to
oral traditions, the spirits of the departed return on the butterflies’
delicate wings, joining their loved ones during Día de Muertos to celebrate
life’s continuity. In the Purépecha language, the butterfly is called Parákata,
symbolizing the eternal connection between the living and those who came
before.
Today, the
guardians of the monarchs and their forest sanctuaries are the Indigenous and
communal farming communities, primarily the Mazahua and Purépecha peoples, who
live in and around the Monarch Butterfly Biosphere Reserve. Much of this forest
is collectively owned and managed by ejidos, or communal farms. These
communities work as local guides and forest rangers (guardabosques), caring for
the land, protecting the monarchs’ overwintering sites, and preserving the
sacred balance between people, nature, and spirit.
The return of
the monarchs is more than a migration, it is a living tradition, a reminder
that love, memory, and the natural world are forever intertwined.
Marigolds
The name
Cempasúchil comes from the Nahuatl word Cempohualxochitl, meaning “flower of
twenty petals” or “many petals.” Blooming after the rainy season across the
hills of Mexico’s Central Valley, this golden flower brightens the landscape
from late September through November, just in time for Día de Muertos.
There are
about 35 species of Cempasúchil in Mexico, all part of the marigold family
(Tagetes erecta). Known for their tall stems (up to three feet), vibrant orange
and yellow hues, and a distinct scent that comes from their leaves and stems,
these flowers are long-lasting and full of seeds.
In Mexico,
you won’t find true Cempasúchil in pots, they’re sold in beautiful, freshly cut
bunches, gathered directly from the fields.
Monarcas
Desde hace generaciones, los pueblos Purépecha y
Mazahua, dos comunidades indígenas originarias de esta región, observan cómo el
cielo se llena de mariposas migratorias, con alas que brillan como un río de
tonos anaranjados y dorados sobre las colinas de la Sierra Madre. Su llegada,
registrada desde tiempos prehispánicos, marca un momento espiritual en el que
la naturaleza y el espíritu humano se entrelazan en armonía.
De acuerdo con las tradiciones orales, los espíritus
de los difuntos regresan sobre las delicadas alas de las mariposas, uniéndose a
sus seres queridos durante el Día de Muertos para celebrar la continuidad de la
vida. En la lengua Purépecha, la mariposa se llama Parákata, símbolo del lazo
eterno entre los vivos y quienes nos precedieron.
Hoy en día, los guardianes de las mariposas y de los
bosques que las albergan son las comunidades indígenas y campesinas, principalmente
los pueblos Mazahua y Purépecha, que habitan dentro y alrededor de la Reserva
de la Biosfera de la Mariposa Monarca. Gran parte de este bosque es propiedad
colectiva y está manejado por comunidades agrarias conocidas como ejidos. Estas
comunidades trabajan como guías locales y guardabosques, dedicando su vida al
cuidado del territorio, la protección de los santuarios de hibernación y la
preservación del equilibrio sagrado entre las personas, la naturaleza y el
espíritu.
El regreso de las mariposas no es solo una migración:
es una tradición viva que nos recuerda que el amor, la memoria y la naturaleza
permanecen siempre entrelazados.
Cempasúchil
El nombre Cempasúchil proviene de la palabra náhuatl
Cempohualxochitl, que significa “flor de veinte pétalos” o “flor de muchos
pétalos.” Florece después de la temporada de lluvias, cubriendo los cerros del
Valle Central de México con su tono dorado entre finales de septiembre y
noviembre, justo a tiempo para el Día de Muertos.
En México existen alrededor de 35 especies de
Cempasúchil, pertenecientes a la familia de las caléndulas (Tagetes erecta). Se
distinguen por sus tallos altos (de hasta un metro), sus vibrantes tonos entre
naranja y amarillo, y su aroma característico que proviene de las hojas y
tallos, no de los pétalos. Son flores duraderas y llenas de semillas.
En los mercados de México, la verdadera Cempasúchil no
se vende en macetas, sino en hermosos ramos frescos, cortados directamente del
campo.

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